Normalizando la barra en la rutina de belleza

Kimberly es una profesional de la Salud que se reinventó en la pandemia y sacó provecho del mejor pasatiempo que tuvo con su mamá. La hoy empresaria es dueña de Mikokos.

Por Daileen Joan Rodríguez

Dicen que el mejor trabajo que puedes tener es aquel que haces con amor. Pues con amor, Kimberly Ramos solía hacer jabones con su mamá, Cruz María; y este pasatiempo que las unió durante impensadas horas creando jabones para la familia, hoy es su gran empresa.

En 2020, en plena pandemia, Kimberly trabajaba como enfermera cuidando a pacientes terminales en sus hogares. Para entonces sintió la necesidad de estar más tiempo con su bebé Mikael, de un año de edad. Y tomando el ejemplo de su suegra Evelyn Arocho, una empresaria probada; y el modelaje de su madre Cruz María, decidió emprender con un negocio de venta de jabones artesanales.

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“Siempre quise tener un negocio. Vi a mi suegra, quien tiene negocio aquí en Moca y es una mujer sumamente independiente, no necesita de nadie. Yo quise tener mi negocio también y me dije: llegó el momento”, relata Kimberly. “Ya yo hacía jabones con mi mamá. Lo teníamos como un hobbie. Era un tiempo para pasarlo entre nosotras y hacíamos jabón, entre la familia lo consumíamos y por ahí empecé», narra.

Su esposo Miguel Cabán la apoyó. Desde su escritorio en casa -trabajando remoto como programador de computadoras para una empresa en Aguadilla-, Miguel vio cómo aquella idea de negocio de su esposa, que pensó liviana, fue creciendo y transformándose. Entonces pasó a tener más participación en la empresa, armando un taller en la marquesina de la casa con la ayuda de su suegro, Ángel Luis.

Con una inversión aproximada de $6,000.00 en capital personal, el taller es hoy Mikokos: un negocio de productos veganos, concentrados en barra y sin empaques plásticos. Mikokos es un nombre compuesto de Mikael, su hijo; y el ingrediente de mayor presencia: el coco (kokos).

Haciendo la diferencia

Ante la proliferación de negocios de venta de jabón artesanal en Puerto Rico, Kimberly identificó la necesidad de especializarse en un producto que fuera diferente a la competencia. Vio la oportunidad de – además de jabones- dedicarse a la producción de champú y acondicionador en barra. Fue tanto el éxito de esas alternativas, que rápidamente se movió a crear más productos en barra, como: mascarilla sólida, jabón para fregar y lociones humectantes para la piel en barra.

“Al ser en barra son mucho más duraderos, porque son concentrados”, acota.  

Comprometida con dejar el menor impacto ambiental posible, ideó que su producto fuera biodegradable y empacado en cajitas de cartón compostables, con etiquetas a base de maíz. Asimismo, las lociones vienen en empaques de lata reusable. Además, el 90 por ciento de sus ingredientes son adquiridos en Puerto Rico.

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Consejos útiles

A los consumidores de productos para la piel y cabello, Kimberly recomienda evitar ciertos ingredientes como: parabenos y ftalatos (sustancias químicas plastificantes, disolventes o fijadoras). “Siempre deben mirar los ingredientes y llevar alguna rutina de cuidado diario”, acota. También recomienda evitar generar basura. “Queremos normalizar el uso de productos sólidos para el cuidado personal y de belleza”.

A los emprendedores como ella les recomienda ser consistentes en la educación. “Nunca terminen de aprender”, puntualiza. “En un año y medio ha sido súper fuerte para mí, pero he salido a flote gracias a que siempre he estado buscando ayuda y educándome”, agrega.

Esta empresaria aguadeña, hija adoptiva de Moca, prácticamente corre todas las bases de su negocio. Desde el diseño, la creación  y producción, empaque y venta, agradece todavía la aportación de sus familiares con materiales para arrancar su empresa y el tiempo y mano de obra de quienes todavía hoy le ayudan a salir adelante.

Su inspiración diaria: Mikael; y no deja de estar ligada al amor por lo que hace.

Mikokos tiene su tienda en línea: www.Mikokos.com Los sábados les encuentras de 8:30 a.m. a 12:30 p.m. en el mercado agrícola de la PR-110 en el barrio Maleza Alta en Aguadilla (cerca de KhalanThai).

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