Por Daileen Joan Rodríguez
San Germán. Bien lo dijo un sabio, que “la necesidad es la madre de las invenciones”. En medio de la pandemia por la COVID-19 un negocio de 40 años establecido, sufrió lo que todos: el “lockdown”. Empero, el cierre temporero de Olimpic Dry Cleaners fue superado por la “Sipi Mask” de “La Mut”, una mascarilla que ha tenido auge en el oeste, extendiendo su alcance a nivel isla y fuera del país.
La particular mascarilla ideada y diseñada por Erika Mutt Cintrón ha sobrepasado ya las 500 órdenes; ha garantizado dos nuevos empleos y tiene una tercera empleada en adiestramiento. Se trata de una mascarilla en tela con una apertura de cierre con velcro, que permite consumir líquido teniéndola puesta. ¡Glenial! Ideal para esta tercera fase de reapertura de la economía, ¿no?
Este negocio familiar, de tercera generación, regularmente se dedica a la limpieza, lavado y planchado de ropa, con servicio de reparaciones menores. Empero, lleva tres años “pasando las de Caín” tras los huracanes de 2017, los temblores de enero y ahora la pandemia.


Sus pilares y fundadores, David Mutt y Blanca Cintrón, son los padres de Erika, quien regresó a Puerto Rico para quedarse, para ayudar a levantar el negocio familiar, que pendía de un hilo en medio de una economía mortal tras los huracanes. Antes de claudicar, Erika puso manos a la obra y trajo ideas nuevas que han mantenido la pequeña empresa a flote.
Para entonces implementaron el sistema de lavado, secado y doblado de ropa. Como gran parte del país estuvo sin energía eléctrica por semanas, el sistema de servicio se validó con éxito.
“Luego de eso vinieron los temblores… imagina que hemos estado struggling (luchando) con todo esto. Un negocio de 40 años, y que bajo mi mando, sea yo la que tenga que cerrarlo, era bastante estresante”, puntualizó la empresaria, que con esta nueva realidad tuvo que avanzar más ideas.
Se planteó ponerse a hacer mascarillas, pero no quería “hacer más de lo mismo”. Entonces, una tarde, viendo imágenes de la recuperación económica que forzaba Europa, se percató de que la gente también quiere salir a refrescarse y tomarse algo en su tiempo de ocio. Y retomando destrezas aprendidas de su madre y abuela, quien tenía también un dry cleaner en Nueva York, se apoderó de ella la costurera de tercera generación y nació el diseño.



“Yo no quería hacer mascarillas, porque es algo que ya lo estaba haciendo todo el mundo”, acotó. “Me fui a casa pensando cómo le podía hacer… En la noche pensé y por la mañana di con una tienda que vendía telas on line (por internet)”. Ordenó todo y se sentó a coser. El prototipo le salió de la primera vez. “Así surgieron las “Sipi Mask” de La Mutt, es una palabra bien puertorriqueña”, añadió, haciendo referencia al anglicismo criollo “dame un sipi” (un trago). ¿Por qué La Mutt?, porque es la única mujer entre los seis hermanos Mutt.
En el ínterin, acogió en el taller de reparaciones a dos estudiantes graduadas de la escuela Vocacional Lola Rodríguez de Tió de San Germán, que hicieron en el establecimiento su práctica vocacional. Hoy, son empleadas exitosas que día a día forjan su presente y futuro al mando de una máquina de coser, siguiendo las directrices de la ahora diseñadora de la pieza de vestir más aclamada de la temporada pandémica.
“Todo tiene un propósito en este proyecto. Luego de que casi estuviera a punto de cerrar el negocio; y hasta ya casi pensando llamar a un abogado para declarar la bancarrota, ahora le he podido dar empleo a dos personas más y a otra que también estamos entrenando”, puntualizó, aclarando que el negocio continúa ofreciendo el servicio principal de “dry cleaning”, aunque en menor capacidad por las regulaciones de PROSHA.
Este ingenioso producto local es realizado con materiales que adquiere también a nivel local, ya que la tienda de telas es también de San Germán. “Quiero aportar también a la economía de mi pueblo”, acotó.
La mascarilla –afirma- “provee la protección necesaria, porque tiene un telón grueso integrado y todos los materiales que utilizamos son de buena calidad. El elástico es quirúrgico, se siente cómoda, cubre lo que tiene que cubrir (de la cara). El orificio está sellado con velcro y mientras tú la tienes puesta estas protegido completamente. Cuando lo abres, es justa la medida del sorbeto”, detalló la diseñadora.
Erika trabajó diferentes estilos y diseños, que dependen de la tela. Está la mascarilla regular ($8), la Sipi Mask ($15), la “shine bright collection” ($18) y la nueva Special Edition en tela de corcho proveniente de Portugal ($30).
Para información 939-228-4864 o visite su página en Facebook: Olimpic Dry Cleaners. Están ubicados en la Avenida Universidad 18b en San Germán.